Esta vez llegó la hora de despedirse con un doliente adiós que
casi no puedo pronunciar, y es que contigo se va un pedacito de mi alma, te
llevas mi corazón en tus manos y mi niñez como un arrollo de recuerdos
reposados en tu alma.
Esta vez se cerraron
tus ojos cansados después de tanto andar y aunque nos duela tanto tu partida, es hora de tu felicidad, tu consuelo y tu
alivio. Atrás han quedado todas esas pruebas que la vida te puso, tu sola las
venciste y me enorgullece decir hoy que eres mi abuela, esa fuerte mujer que siempre quiero recordar.
Gracias por todo tu cariño, por tu abrigo y por permanecer a
nuestro lado tantos años, mi vida es fiel reflejo de tu vida y mis ojos siempre serán los tuyos.
Te amo abuelita, siempre miraré al cielo y te veré allí, porque
ahora tengo un angelito más cuidando de mi.
Maria Camila Palacios
11 de Junio de 2013
Cami, entiendo el duelo que estas afrontando y te acompaño en estos momentos tan duros, mi abuelito falleció el año pasado (el día antes de mi cumpleaños) y aún no me he podido reponer del todo!
ResponderEliminarTe mando un abrazo muy fuerte y mi mejor energía.
Lore de Silvestri